Yo soy un chavorruco, no puedo describirme de otra manera. Amo las caricaturas, juguetes, videojuegos, series de televisión, comics y demás medios de entretenimiento que tuvieron su origen en el pasado, principalmente en la década de los 80´s. Hoy, pareciera ser que los contenidos creados por las nuevas generaciones no han sido lo suficientemente buenos, pues todos han volteado nuevamente a los 80’s y 90’s para mantener vivas sus marcas, distribuidoras, casas productoras, canales de televisión, etc. Pero, pese a que esto debería ser una buena noticia, parece ser que otros chavorrucos no están tan contentos con el tema, pues se sienten “ofendidos” por este regreso, afirmando que lo de antes era “mejor”, pero, ¿es cierto?
Antes de continuar, quiero dejar en claro que este “fenómeno” nostálgico no es algo nuevo, pues como dice el dicho, “las modas van y vienen”, pero en este caso quiero contarles de lo que me toca vivir. Ahora sí, continuando en el tema, hablemos de un par de casos para ejemplificarles mi punto. El primero será Nintendo… Si eres un millenial de menos de 25 años seguro sentiste un cosquilleo al leer el nombre de esta empresa, pues tu “instinto” social te dice que es una marca anticuada, para niños, y “muerta”.
Nintendo, el eterno Nintendo
Y no te puedo culpar por pensar esto, pues en parte tienes razón, la Gran N ha dejado de ser esa empresa dominante desde hace más de 15 años, ha sido rebasada por Sony y Microsoft, y pareciera ser que va en caída libre hacia el fracaso, sin embargo, no es así.
Nintendo, a diferencia de su competencia, ha creado “recuerdos”, y créanme, los “recuerdos” son más valiosos que el oro mismo en la industria del entretenimiento. La empresa nipona se metió en las fibras de nuestra mente con personajes como Mario Bros, Link, Donye Kong, Yoshi y demás seres fantásticos que son parte de nuestras memorias.
Y justo eso, los recuerdos, son los que trajeron a Nintendo nuevamente a la opinión pública con un simple nombre… NES Classic Edition. De un momento a otro, esa marca “odiada” se convirtió en algo “cool”, en algo de lo que todos quieren hablar y de lo que todos quieren tener. Pero, a pesar de ello, hay un sector que sigue “odiando”, pero, justo ese “amor-odio” es lo que le dejará ganancias exorbitantes a la Gran N (créanme así será) pues la mercadotecnia, al igual que cualquier aspecto de la vida, es una “gran novela”, donde nos encanta ver al villano convirtiéndose en héroe, y viceversa.
En conclusión, Nintendo nunca se ha ido, la marca supo construir donde debía, en la mente de los usuarios, y aunque existan campañas de “odio” seguirá más vivo que nunca, posiblemente trayéndonos una nueva tecnología con el NX, del mismo modo en que lo hizo en el pasado con el Game Boy, NES, N64 y Wii. Pero, ¿qué pasa cuando capitalizas los recuerdos, que no te pertenecen, pero que sabes que están ahí? Pregúntales a los creadores de Stranger Things.
Stranger Things, la serie del momento
La famosa serie de Netflix es otro ejemplo de cómo se pueden manipular los contenidos, y los recuerdos, que eran “anticuados” en otro medio, pero que con el tratamiento correcto, se pueden convertir en la tendencia número uno del momento. Los hermanos Duffer, creadores de la serie, supieron capitalizar la nostalgia para crear algo nuevo y aceptado, usando lo que ya era “odiado” para contar una nueva historia.
Si eres mexicano, tal vez sepas a lo que me refiero cuando digo que las películas en las que está inspirada Stranger Things pertenecen a cintas que en la actualidad son conocidas como “películas de sábado por la tarde de canal 5”, pues en su estado original, historias como E.T., Terminator o Mad Max ya eran aburridas y anticuadas, sin embargo, cuando vemos lo mismo, pero con un formato adaptado a una narrativa fresca y moderna, se convierte en algo simplemente exquisito, en algo que, pese a ser nostálgico, es imposible odiar, pues se trata de un producto audiovisual “políticamente correcto”.
Pero, ¿qué relación existe entre la nostalgia y el odio?
Para concluir me pondré un poco serio, pues debemos partir desde un hecho psicológico para entender el fenómeno. Para comenzar, debemos aceptar que, para la mercadotecnia y la publicidad, “tú eres lo que recuerdas”. Es decir, como publicista, no me interesa que el jabón que te estoy vendiendo esté en tu mente durante los 30 segundos que dura un comercial, lo que me interesa es que el jabón lo “recuerdes” por siempre, aunque no te estés bañando, ¿cómo?, ¡fácil! asociando recuerdos, tuyos, a mi producto.
De este modo, Nintendo nunca se ha ido de tu mente, pero si tus recuerdos de la infancia respecto a la consola son malos, por ejemplo, si jamás lograste tenerla y siempre envidiabas a los que sí la tenían, entonces tendrás un “recuerdo de odio”, el cual perdurará por siempre, sin importar si Nintendo llega en forma de un lingote de oro, ¡créeme! El odio es uno de los sentimientos más fuertes que existen.
En el otro caso, Stranger Things está asociado con algo que difícilmente verás como algo negativo, es decir, tu infancia o tu familia, por este motivo es difícil encontrar a alguien que odie a la serie, al menos yo no he conocido a una sola persona que piense de esa manera…
¿Lo ves? El odio y la nostalgia están juntos, los dos venden, y, prepárate porque en los años que vienen verás muuuchos remakes de grandes historias, porque, sin importar si lo amas u odias, la industria sabe que lo recurdas, y eso es suficiente para ellos.