Pocas veces tenemos películas de “coming of age” que se conviertan en nominadas al Oscar. Coming of age, es un subgénero cinematográfico en el cual los personajes principales se encuentran en la transición, ya sea de la niñez a la adolescencia o de la adolescencia a la adultez y vemos algunas situaciones en pantalla que terminan de completar esta transición. Suelen ser historias sencillas, muy emocionales, íntimas y personales con las que es fácil sentir empatía ya que todos hemos pasado por ello.
Pero en esta ocasión, Lady Bird no solo nos presenta una historia coming of age, con la cual es fácil identificarse, sino también una trama que, a pesar de que aparentemente es muy sencilla, en el fondo nos habla de muchos conflictos existenciales, de aceptar tu realidad, incluyendo tu identidad y raíces, de búsqueda de identidad, de religión, preferencias sexuales, amor y desamor, estatus social, conflictos familiares, el deseo de pertenecer y la banalidad de las clases privilegiadas y la depresión que puede causar el no estar a la altura de las expectativas de la sociedad.
En esta película seguimos la historia de Christine McPherson, una chica rebelde e irreverente que se hace llamar a sí misma Lady Bird y la cual vive en Sacramento, California, donde hay una fuerte polarización entre la clase alta y la clase media, algo que se hace evidente en el círculo social de Lady Bird en su escuela, que es un colegio católico de prestigio.
Lady Bird es una historia simple pero con mucho trasfondo reflejando todos los conflictos que tiene la sociedad estadounidense, la cual, de lejos, parece ser perfecta y tener la vida resuelta pero en realidad no lo es. Empezando por analizar la época en la que Lady Bird está situada, que es a finales de la década de los 2000. En el contexto de la película, el 11 de septiembre acaba de ocurrir recientemente y es mencionado en un par de ocasiones, sin embargo, se siente como si fuera un conflicto completamente ajeno y distante a los personajes, como si vivieran en una burbuja de banalidad en medio de todo el caos que estaba sufriendo el país.
La película es escrita y dirigida por Greta Gerwig, a quien tal vez ubiquen mejor por su faceta como actriz en películas como Frances Ha, To Rome with Love, Jackie, 20th Century Women, entre otras. Esta vez este es su debut como directora, lo cual le ha otorgado cinco nominaciones a los Premios de la Academia por las categorías a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Original, Mejor Actriz para Saoirse Ronan y Mejor Actriz de Reparto para Laurie Metcalf.
Lo que hace a Lady Bird tan especial es que es una película que se siente real y personal, y es que Gerwig tomó algunas características de su propia adolescencia para el guión como su experiencia creciendo en Sacramento y asistiendo a un colegio católico. Este realismo hace que los personajes de Lady Bird se sientan como personas que realmente podrías conocer, cada uno con una historia que contar y con conflictos que afrontar. Pero Gerwig logra que todos los conflictos que vemos en la película pasen sutilmente gracias al gran humor de las situaciones que presenta y a la brillante y original personalidad de Lady Bird.
En gran parte todo esto se debe a la gran interpretación de la talentosa Saoirse Ronan, escondiendo a la perfección su acento y raíces irlandesas para meterse en la piel de esta chica de Sacramento. Además de Ronan, el elenco está conformado por otros jóvenes talentos que ya hemos visto nominados a su vez como Lucas Hedges, quien el año pasado estuvo nominado por su actuación en Manchester by the Sea, y Timothée Chalamet quien este año está nominado por Call Me By Your Name, otra gran película coming of age que comparte nominación con Lady Bird.
La relación de Lady Bird con su madre, interpretada por Laurie Metcalf, es sumamente conmovedora debido al realismo con el que es retratada y tiene un gran peso en la trama. Pueden estar en desacuerdo y pelear todo el tiempo por ser dos personalidades fuertes que chocan entre sí, pero en el fondo hay un gran amor de por medio.
En general, Lady Bird es una gran película porque nos presenta una historia común y corriente que puede verse simplemente como una película entretenida de algunos adolescentes que además es muy graciosa, pero también se le puede dar una lectura más profunda de los conflictos que tiene cada uno de sus personajes en lo que supuestamente parece ser una realidad perfecta. Además vemos el choque de la banalidad con temas como el querer tener un mejor estatus social y cómo desear eso hace que ignoremos todos los privilegios que tenemos. O cómo solemos imaginar que estaríamos mejor si tuviéramos lo que tienen los demás, pero al tenerlo, nos damos cuenta de que éramos más felices antes. En fin, les recomiendo mucho que vayan a ver Lady Bird y una vez que la vean díganme en los comentarios qué les pareció.